Hace un par de semanas decidí jubilar mi antiguo coche y comprarme uno nuevo. A partir de ahí, ya se sabe: idas y venidas a concesionarios, precios, modelos, extras... todo un baile de cifras a las que, una vez decidido del todo, se unió la de ese pequeño detalle al que aparentemente no damos importancia en un evento así: El seguro del coche nuevo.
Yo he estado asegurado un total de 11 años en Pelayo, bien es cierto que en dos etapas distintas. Mi nivel de siniestralidad roza lo nulo. Apenas he dado nunca partes de importancia y nunca he tenido un accidente grave siendo yo el culpable. Hace unos tres años, después de haber estado un tiempo sin ningún coche, compré uno de segunda mano con ocho años. Nada del otro mundo; lo suficiente para traerme y llevarme de mi casa al trabajo y viceversa. Por una extraña razón, aún no había perdido mi confianza en Pelayo y decidí rehacer mi seguro allí de nuevo. Por eso, y porque era la única compañía con una agencia cercana a mi casa con un horario ininterrumpido hasta las diez de la noche, algo fundamental en un periodo de mucho estrés y de mucho trabajo, como fue aquél. Me cobraron la nada despreciable cantidad de 700 euros por un seguro a terceros con robo, lunas y asistencia en viaje. Me pareció una burrada, pero casi no tuve alternativa. Por supuesto, mis anteriores pólizas en la compañía y mi impecable historial ya no valía de nada.
Pensé que la rebaja al año siguiente sería importante, si no daba partes. Me equivoqué. No los di, ni en ese año, ni en los siguientes. El último recibo aún sobrepasaba los 610 euros, es decir, sus rebajas eran de risa por un coche que ya se caía a pedazos. Costaba más el seguro que el valor del automóvil.Al comprar el coche nuevo, con más tiempo, fui a preguntar y me presupuestaron un seguro a todo riesgo por 1900 euros. Me pareció nuevamente un abuso. Aun así, pensé que no tendría más remedio que tragar. Pero una tarde fui a preguntar a otras compañías... La mayoría eran caras, pero algunas parecían respetar mi historial de "buen conductor". Hasta que llegué a una agencia de Mapfre, con una señorita estupenda que me dice que en mi compañía tengo un 50% de bonificación y que ellos me la respetarían, pagando así en torno a 700 euros por un seguro prácticamente calcado al de 1900 de Pelayo. Es decir, Pelayo me ha ocultado mi 50% de bonificación y he pagado una seguro abusivo durante todo este tiempo.
El día que pregunté en Pelayo, la señorita empezó la entrevista con una pregunta claramente sospechosa: "¿Ha mirado en otras compañías?". Yo me extrañé. Todavía no lo había hecho, pero tenía intención. ¿Qué me quiso decir? ¿Que si llego a estar informado de los precios de la competencia me aplica mi bonificación, pero que si no lo estaba iba a seguir tragando con la estafa? Me parece lamentable, muy lamentable.Al margen de eso, Pelayo no es ni mejor ni peor que otras. Es una más. Si puede se lava las manos y cuando menos te lo esperas te ocultan información que tú deberías saber. Ya me pasó en mi anterior etapa y vuelve a pasarme en esta. Además, sus peritos son testarudos y como se les meta en la cabeza una cosa, no se mueven de ahí ni aun con los testimonios de otras personas. En la anterior etapa me dieron un golpe por detrás, pero no me rompieron, aparentemente, los pilotos. Me repararon todo, pero, a los quince días, llueve y los pilotos se me llenan de agua, cosa que antes del golpe no sucedía. Bueno, pues se negaron en rotundo a cambiármelos, pese a las pruebas que aportó el dueño del taller al que acudí. Es un ejemplo de su servicio deficiente, más o menos como en las demás.
En definitiva, y debido al abuso del que me siento víctima, he decidido no volver a asegurar nada en esta compañía, salvo que no tenga más remedio. Una diferencia de 1200 euros es demasiado. Me siento estafado y ultrajado. No se ha considerado en ningún momento mi historial en su compañía ni mi historial como conductor sin siniestros de importancia, cosa que sí reconoce una compañía hasta ahora ajena a mí... es como de risa. Por mi parte acaban de perder un cliente fijo y si puedo, haré que pierdan muchos más. De ahí esta opinión. Saludos.
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